Las redes de conocimiento atienden a diversos factores, que desde su concepción son entendidas como un espacio de aprendizaje, como un sistema de comunicación o como un medio de integración. De manera que las redes de conocimiento, pueden ser entendidas como un modo particular de coordinación social, es decir, como una manera particular de resolver ciertos cuestionamientos, o como medio para la toma de decisiones sobre algún tema de forma conjunta.
Afirman Matilde Luna y José Luis Velasco, que en segundo lugar son cuatro los mecanismos esenciales para definir la integración que caracterizan las redes concebidas de esta forma:
1. La confianza mutua: Se expresa como un equilibrio estable entre la confianza personal o normativa y la confianza basada en el principio de reciprocidad.
2. La traducción: Deriva de la importancia de los flujos de información y de un conjunto de coequiperos heterogéneos.
3. La negociación: Se desprende de un modo específico al tomar decisiones.
4. La deliberación o la racionalidad deliberativa: Distintos procesos para coordinar a los actores y tomar decisiones.
Así mismo, y gracias a la complejidad de las redes de conocimiento, éstas se constituyen como sistemas o estructuras conformadas por iguales que se basan en los flujos de información y diversos conocimientos, teniendo por resultado la generación de nuevos conocimientos para el desarrollo de respuestas a problemas específicos.
Las fronteras no existen para las redes de conocimiento, las barreras organizativas, sectoriales o institucionales se borran al tiempo que se vinculan individuos de diferentes entornos institucionales o sociales, conjugando en muchas ocasiones el sistema científico basado en la búsqueda de la verdad, y el sistema socioeconómico regido por la obtención de ganancias
INTELIGENCIA COLECTIVA
Como una de las interpretaciones más interesantes en torno a esta temática, se presenta la del filósofo francés Pierre Lévy, que como vaticinio en el año 1996, con la publicación de su ya clásica obra ¿Qué es lo virtual?, presentaría a posteriori lo que podría considerarse la continuación de ésta, en su obra, no menos importante Inteligencia Colectiva: por una antropología del ciberespacio, que salió a la luz en el año de 1997 y fue reeditada en el 2004. En este trabajo expone la idea de que la inteligencia colectiva “puede entenderse como la capacidad que tiene un grupo de personas de colaborar para decidir sobre su propio futuro, así como la posibilidad de alcanzar colectivamente sus metas en un contexto de alta complejidad”
Es al parecer regla general de Lévy y el tratamiento que otros autores dan respecto a la Inteligencia Colectiva, que podría definirse bajo el principio de que cada persona no sabe de todo, pero cada quien sabe algo, en tanto la entronización del conocimiento absoluto es un equívoco y la participación de todos dentro de esta construcción resulta del todo necesaria, la exclusión no tiene lugar en la construcción de la inteligencia colectiva, que por demás tiene en el ciberespacio su nicho de desarrollo, permitiéndole movilizar y favorecer la sinergia de las inteligencias en la red gracias a sus propiedades.
La apertura del ciberespacio permite prever formas de organización económica y sociales centradas en la inteligencia colectiva y la valorización del humano en su variedad y uno continúa preguntándose seriamente ¡“quién ganará el mercado del multimedia”! ¿Cómo? Se alcanzaría tal sutileza, tal precisión, tal economía en el tratamiento de los signos y de las cosas y no nos preocuparíamos por sistematizar y extender modos de interacción y de relación justos cuando seres humanos estén en juego.
LA OPINION DE ALGUNOS PENSADORES SOBRE ESTOS TEMAS.
Para empezar partamos de la siguiente idea: el ciberespacio, tal como debe entenderse, es una forma de espacio análogo al nuestro que se encuentra generado por computadores y por ello, por lo menos hasta ahora, necesita de nosotros para existir impidiéndole ser un medio autónomo, manteniéndose “gracias a la innumerable cantidad de computadores alrededor del mundo llamados servidores y cuya sede principal la encontramos en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Como es de imaginar, la mayoría de las veces, este espacio cibernético se encuentra relacionado con la virtualidad, fenómeno sobre el cual se han expuesto suficientes teorías durante los últimos 15 años y en torno al que existen posturas diferentes que van desde las apologéticas por un lado, hasta las que desarrollan un análisis cuidadoso y muy crítico; no obstante como es de esperarlo, no se ha proporcionado una respuesta definitiva, apenas se han abierto horizontes y el debate continúa. Ahora bien, más allá de los juicios que hasta el momento se hayan producido, la formulación de la pregunta por lo virtual cobra vida a través de la cibernética.
Levy considera la virtualización como una desustanciación, que se hace evidente en diversas mutaciones asociadas con “la desterritorialización, el efecto Moebius, la puesta en común de elementos privados y la inversa integración subjetiva de ítems públicos y privados. Parece ser común entre las personas el relacionar lo virtual con todo aquello que se encuentra fuera de las líneas de espacio-tiempo y el desvincularlo de los fenómenos naturales y humanos. Hablamos casi a diario sobre la realidad virtual sin que lo hagamos explícito y de igual forma lo hacemos con las llamadas comunidades virtuales, relaciones virtuales y, en definitiva, sobre todo el mundo hipermedial aunque no lo llamemos así.
La primera postura es evidenciada por Jean Baudrillard en su descripción de la cultura contemporánea como cultura del simulacro y una realidad que paulatinamente ha sido desplazada por sus fundamentos simbólicos, llamado por Baudrillard “hiperrealidad”.
Oponiéndose a la postura de Baudrillard –virtualización del mundo- se encuentra la defendida por el “tecnologismo” y el “economicismo” neoliberal, los cuales opinan que la virtualización comprende un avance en su totalidad frente a los medios tecnológicos y un paso más allá de la era industrial; particularmente,
“Solo reconocen un único tipo de de virtualidad “positiva”, aquella que deriva o está relacionada con las dinámicas, modos de vida, fines de la élite cultural y económica, despreciando o demonizando cualquier otro tipo de modo de vida, intereses o fines que pretenden dejarse oír en el ámbito compartido de la comunicación, cuya naturaleza y sentido no pueden estar a priori determinados, sino que son materia permanente de conflicto y cambio”.
Es por esto que la contraposición de lo virtual frente a lo real, supone un punto de partida erróneo si se parte de la idea de que lo virtual se contrapone a la realidad, es decir, que lo posible se hace presente gracias a lo “real”.
Si bien es cierto que la virtualización no es un fenómeno reciente, es ahora, cuando se estudia con mayor ímpetu. “La especie humana se ha construido en y por la virtualización”, en especial con los desarrollos del lenguaje, de la técnica y de las instituciones sociales complejas. El punto, no sólo de determinar la información y la comunicación, sino también “los cuerpos, el funcionamiento económico, los marcos colectivos de la sensibilidad y también el ejercicio de la inteligencia”, se expresa como una continuación de la hominización, un homocibersapiens; en pocas palabras, la transición de un modo de ser a otro.
Antiguamente la tecnología tenía como objeto primordial, cuidar el cuerpo humano del exterior, hacer explosión, mientras que actualmente acudimos a la implosión de esa máquina que es el cuerpo humano; estamos acudiendo, a la mutación de la especie humana como base de la evolución, una evolución “prótesis” en términos de Paul Virilio, que debe entenderse no como una “raza superior”, aunque realmente ello pueda darse, como una raza mejor equipada.
JHON JAIRO FLOREZ ANGEL
REDES DE CONOCIMIENTO
Definición: Entendidas como un espacio de aprendizaje, como un sistema de comunicación ó como un medio de integración. Así mismo es un modo particular de coordinación social, es decir, como una manera de resolver ciertos cuestionamientos, o como medio para la toma de decisiones sobre algún tema de forma conjunta.

Diferencias entre las redes y otras organizaciones: La diferencia deriva de la complejidad propia de una red, derivado de la heterogeneidad y de la diferenciación de sus participantes, por lo que se desentienden de las relaciones jerárquicas y el mercado, construyendo una forma específica de coordinación con propiedades concretas que se hacen evidentes.

Mecanismos esenciales para definir la integración que caracteriza a las redes:
1. La confianza mutua: Se expresa como un equilibrio estable entre la confianza personal o normativa y la confianza basada en el principio de reciprocidad.
2. La traducción: Deriva de la importancia de los flujos de información y de un conjunto de coequiperos heterogéneos.
3. La negociación: Se desprende de un modo específico al tomar decisiones.
4. La deliberación o la racionalidad deliberativa: Distintos procesos para coordinar a los actores y tomar decisiones.
Como se ha diferenciado anteriormente, las redes se caracterizan por su particular coordinación social frente a modalidades como el mercado o las jerarquías, las cuales han sido establecidas por una razón: mientras que el mercado se rige por el principio del intercambio o la ganancia y el mecanismo de precios, las jerarquías estructuradas suponen decisiones obligatorias para las instancias subordinadas con base en una autoridad formal de carácter legal y/o legítimo, a la vez que la comunidad se rige por el principio de solidaridad.
Así mismo, y gracias a la complejidad de las redes de conocimiento, éstas se constituyen como sistemas o estructuras conformadas por iguales que se basan en los flujos de información y diversos conocimientos, teniendo por resultado la generación de nuevos conocimientos para el desarrollo de respuestas a problemas específicos.
Las fronteras no existen para las redes de conocimiento, la barreras organizativas, sectoriales o institucionales se borran al tiempo que se vinculan individuos de diferentes entornos institucionales o sociales, conjugando en muchas ocasiones el sistema científico basado en la búsqueda de la verdad, y el sistema socioeconómico regido por la obtención de ganancias.
Los Actores:
Así se puede ver que por una parte que cada uno de los individuos de la red -también llamados actores - son autónomos, ya que aún cuando la interacción se intensifica, la colaboración permanece intacta; pero por otra parte, el conjunto de la red es autónoma en el sentido de que no depende de una entidad superior en jerarquía o a la cual esté sometida; este doble sentido de autonomía, significa que no existen unas reglas preestablecidas que determinen las obligaciones o derechos de los miembros y las interacciones o procedimientos que se deben seguir, manifestación que se hace visible en tanto exista cierto tipo de dispersión dinámica de la autoridad.
ZULLY ENIT LOPEZ CADENA